Crónica del tercer día de acampada (domingo 29)

Conocimos más los bosques, observamos a lo lejos los cielos abiertos, construímos redes con Ramas, aprendimos a ser más autosuficientes, l@s vecin@s de Sosas vinieron a mostrarnos todo su apoyo…

excursión por las laderas de Sosas…

En la mañana de ayer domingo 29 dos paisanos nos guiaron montaña arriba por la zona de Los Vascos, que emerge del prado en el que se sitúa la acampada. Subimos por un camino que cruza uno de los robledales  que nos rodean. El bosque nos muestra la huella que dejan las múltiples especies que lo habitan. Así, con paso cuidadoso, fijándonos bien en cada detalle, descubrimos algún excremento de oso pardo, un hoyo que cavó en busca de comida… Y, después de algunas paradas para conversar sobre la agresiva reacción de algunos trabajadores de cielo abierto durante la jornada del día anterior, y de preguntar a los paisanos y conocer la historia de la corrupción de políticos y don Vito a través de sus palabras, llegamos a la fuente del Pando. Nos sentamos. El paisaje de repente se rompe, el verdor de los bosques frondosos y los pastos que atravesamos durante la marcha se torna en el marrón grisáceo de la tierra estéril de las explotaciones a cielo abierto.

“¿Esto antes era una montaña?” pregunta alguien en tono incrédulo mientras señala al frente. Y es que nos encontramos ante dos de las minas de exterior de mayor superficie en el valle. Se trata de El Feixolín y Fonfría. Una supuestamente restaurada en un 75% y la segunda en proceso de rehabilitación. Sin embargo, se aprecia una clara frontera entre lo que es montaña y lo que tan sólo ha quedado en un amasijo de escombros. La restauración no deja, como afirma Victorino y los que le secundan, la montaña mejor de lo que estaba, porque la mina ha destruido acuíferos que ya no estarán entre la pila de piedras que se han colocado en su lugar; porque la capa vegetal se destruyó, porque los seres vivos que habitaban allí no se conservaron sino que murieron con la destrucción de su medio.

Volvemos a la acampada, habiendo profundizado más en la problemática de Laciana. Cuanto más hablamos con sus habitantes, más entendemos cual es la situación y el por qué de su lucha desde hace tantos años.

ramitas del campo…

Durante todo el día se realizaron actividades de la red RAMAS, que permitieron seguir tejiendo redes (mediante la reunión de sus grupos de trabajo y su asamblea general) y aprender más de otras formas de vida (mediante talleres de energía fotovoltaica, de cocina solar, de biciazada o de nudos y redes).

aprendiendo de l@s vecin@s del valle…

Después de la comida, en la zona de la acampada, comenzó a llegar gente del valle para expresarnos su total apoyo ante la sucedido el sábado, y mostrar su vergüenza ante quienes dicen “no nos representan ni a nosotr@s, ni al valle”. Empezamos tratando el tema del miedo, alguno pregunta sobre las y los habitantes que no están hablando. Los paisanos nos cuentan que algunos de ellos tienen pequeños negocios y tiendas en la zona. Dicen que cuando se posicionaron contra los cielos abiertos, el empresario Victorino Alonso forzó a sus trabajadores a dejar de comprar en sus establecimientos; hablan de amenazas, insultos, aislamiento.

Algunos acampados hacen alusión a los argumentos esgrimidos por los trabajadores de la marcha, no quieren quitarle el puesto de trabajo a nadie. Todas y todos los asistentes estamos de acuerdo con esto. Por eso es tan importante contar con el dinero de las subvenciones y dejarlo en manos del pueblo para generar alternativas económicas en la zona.

Pero además, se añade otra visión, la otra cara de la moneda, la menos escuchada, la que no tiene voz en ningún medio de comunicación y que est@s vecin@s se atrevieron hoy a expresar: ¿por qué valen más los puestos de trabajo del cielo abierto que el futuro de este valle? ¿por qué sus puestos de trabajo valen más que el que vaya a tener mi hija cuando el empresario marche y aquí no queden montañas vivas? ¿por qué los puestos de trabajo son más importantes que la defensa de este territorio? Ni siquiera es necesario elegir entre puestos de trabajo o valle vivo (eso es tan sólo el engaño que nos quieren hacer creer unos cuantos) porque contamos con el dinero de los fondos Miner para crear otros proyectos que generen una actividad económica sostenible y respetuosa con el medio ambiente.

Por último, se recuerda la importancia que tiene la difusión de las corruptelas político-empresariales fuera del valle de Laciana, ya que rompen el cerco mediático que existía sobre este tema. Decidimos denunciar públicamente a Victorino Alonso y a la clase política que lo apoya y difundir los daños que genera la minería a cielo abierto en Laciana cuando volvamos a nuestras ciudades y pueblos.

Rompiendo el miedo y el silencio, seguimos adelante!